lunes, 31 de mayo de 2010

INICIATIVA CENTROS DE SALUD IHAN

Que las tasas de lactancia materna en nuestro pais son de las más bajas de toda Europa, es por todos bien conocido. Sigue siendo excepcional que una madre de el pecho a su hijo más allá de los 6 meses y mucho más raro que no le haya introducido algún alimento solido en ese primer semestre. Sigue siendo excepcional que los niños recien nacidos esten cerca de sus madres, piel a piel o que se les anime por parte de los profesionales a que practiquen el colecho. A nosotros, los técnicos en la materia, nos falta formación y sensibilización. La iniciativa Centros de Salud IHAN pretende normalizar esta situación. Animaos y conseguid que vuestro dentro sea un IHAN
Podeis encontrar toda la informacion en http://www.ihan.es/
Sería bueno también trabajar codo con codo con los grupos de apoyo a la lactancia materna existentes en Córdoba, como ALMamar http://grupodeapoyoalmamar.blogspot.com/ y muy recomendable la lectura del ultimo libro de Carlos González: Un regalo para toda la vida. Guia de la lactancia materna

Manos a la obra

domingo, 30 de mayo de 2010

A VUELTAS CON LOS CERTIFICADOS DE SALUD

Mi buen amigo Rafa Jimenez Ales, el de comunicacion de la Apap-Andalucia, único en su especie, ya me lo advirtió: En el BOJA del 2010, no dice nada de que se aporte certificado de salud para la escolarizacion de niños de 0 a 3 años, por lo tanto no voy a ser complice de un delito: aportar datos de salud de un menor cuando nadie me obliga. Pero la verdad compañeros, es que en estos dias, todos obervamos absortos como siguen llegando a nuestras consultas padres solicitando tal papel: Es que los directores de los colegios no se han enterado del nuevo BOJA 2010. Y ahi estamos nosotros: Resistir, informar o seguir haciendolo como siempre. Podeis consultar dicha Orden en el siguiente enlace

http://www.adideandalucia.es/normas/ordenes/Orden-12-marzo-2010-escolarizacion-primer-ciclo-infantil.pdf

LA CONSULTA DEL PEDIATRA: UN LUGAR DE ENCUENTRO

Vivimos en el Reino de la Incomunicación. Cada vez nos cuesta más entablar diálogos fructíferos con nuestras parejas, con nuestros hijos, nuestros amigos y compañeros de trabajo y por supuesto con las familias a las que atendemos a diario, aunque, curiosamente, sepamos más de esas familias que a lo mejor de cualquier tío o primo más o menos cercano a nosotros. La falta de tiempo, las prisas, la cultura de la inmediatez, la masificación, consiguen, las más de las veces, que nuestras consultas sean realmente lo que no deberían ser: un lugar de desencuentro. Aquí pues, el factor tiempo y la organización de los servicios juegan un papel importante en la génesis de algunos de los encontronazos que tenemos con las familias a las que atendemos. Y las familias que nos visitan lo saben. Pero también intuyen que ello no es todo. Estamos nosotros, sí, nosotros mismos, ese o esa que se sienta al otro lado de la mesa, con sus prejuicios, valores, neuras, etiquetas y demás. Las familias perciben frecuentemente que tardaremos menos de 10 segundos en interrumpirles cuando empiecen a contarnos lo que les pasa. Que expulsaremos habilidosamente a aquel que ose expresar en más de 15 segundos lo que quiere, que no estaremos dispuestos muchas veces a explorar nuevos campos de conocimiento ni nuevos modelos de crianza cuando delante tengamos a una familia que vive en el campo, es lacto-ovo-vegetariana y no está por la labor de vacunar a sus hijos. Las familias perciben que no estamos dispuestos a admitir que existen, como decía Gérvas, las excitantes consultas sagradas y que cómo tales, precisan parar el reloj y porqué no, el mundo.

Todos juntos, familias y profesionales, deberíamos declarar el espacio físico dónde desarrollamos nuestra actividad clínica, espacios libres de llamadas telefónicas, de interrupciones inadmisibles, de malos entendidos, de etiquetaciones y encasillamientos, de interrupciones que mutilan frases mágicas y destrozan ojos rojos que derraman lágrimas a borbotones. Deberíamos expulsar de este espacio sagrado la notoriedad desmedida, los paternalismos aplastantes, los egocentrismos insultantes y cultivar la escucha activa, la empatía, la humildad y la sinceridad por encima de todo. Deberíamos ambos, considerar nuestras consultas como una gran casa con las puertas abiertas, dónde recibimos y despedimos, siempre de pie, con cortesía, amabilidad y cariño, a esas amigos que son nuestros invitados. Deberíamos (los profesionales) escuchar y callar mil veces, mirar serenamente a los ojos de aquellos que han puesto la confianza en nosotros porque sólo así nuestras consultas serán eso, lugares de encuentro. Deberían las familias acudir con alegría e iniciativa a ese encuentro emocionante, que aunque repetido a veces hasta la saciedad, es nuevo, nace y se desarrolla y termina cada vez de forma distinta. Las familias deberían plantearse qué quieren obtener de cada encuentro, plantear previamente los objetivos a conseguir, anotar las dudas a preguntar y volcar en ese momento, porqué no, sus angustias y frustraciones relacionadas con la crianza de sus hijos.

Alguien dijo alguna vez que el dialogo es el mejor camino para solucionar los problemas y arreglar los errores cometidos y de eso, de problemas y errores sabemos mucho, tanto las familias como los profesionales de la salud. Quizá sería bueno que intentásemos convertir nuestros encuentros en espacios sublimes dónde fluya la comunicación amable y respetuosa, dónde el tiempo se congele sin importarnos demasiado que el reino de la incomunicación sigue girando y girando, ahí fuera, con sus miserables minutejos.

VIVIMOS EN EL REINO DE LA INCOMUNICACION

En el dia de hoy, a las 10.41 horas de la mañana, esplendorosa por cierto, abrimos este blogg de la vocalia cordobesa de la Apap-Andalucia. Bienvenidos a todos, compañeros y compañeras de fatigas. Solamente esperamos, que este rincón nos sirva como punto de encuentro para poder comunicarnos con mas fluidez, compartir información científica y no científica y como vehículo que nos sirva para forjar una mayor cohesión como grupo